Redacción Deportiva (EE.UU.), 28 may (EFE).- Josef Newgarden (Team Penske) ganó por primera vez este domingo los 500 metros de Indianápolis, que este año estuvo marcado por múltiples accidentes que retrasaron la conclusión, y que decidieron en los dos últimos rondas
El líder Alex Palou (Chip Ganassi), cuarto tras salir desde la pole position, fue uno de los mayores perdedores del epílogo cuando fue embestido en boxes por el holandés Rinus Veekay (Ed Carpenter).
La última bandera roja del día se colocó con dos vueltas para el final y se reanudó con el sueco Marcus Ericsson (Chip Ganassi) primero, Newgarden segundo y Santino Ferrucci (AJ Foyt) tercero. Una carrera de mini sprint, la más práctica de las cuales fue Norteamérica para saborear la gloria.
Newgarden tuvo paciencia para evitar un posible contacto y no atacó hasta la última vuelta. La estrategia funcionó para él y cruzó primero la línea de ladrillos de Indianápolis.
El campeón celebró con la afición: «Siempre he querido ir a las gradas de Indianápolis a festejar con la gente, es un sueño que quería vivir una vez en la vida. Este lugar es increíble y también lo es la energía de la multitud de Indianápolis.
Ericsson estaba listo para repetir el éxito y ganar por segundo año consecutivo. Tras él, completó el podio Ferrucci, que fue uno de los grandes animadores, llegando incluso a liderar varias vueltas, y se hizo con la tercera plaza, que supone el mejor resultado de 500 millas para un AJ Foyt desde el año 2000.
PALOU, EL GRAN MAL
El cuarto clasificado fue Palou, que dominó la primera mitad de la carrera. La estrategia le permitió competir de tú a tú con dos McLaren, el del mexicano Pato O’Ward y el sueco Félix Rosenqvist, que se puso en cabeza durante la primera mitad.
En una entrada masiva a boxes por una bandera amarilla antes de la vuelta 100, Veekay (Ed Carpenter) perdió el control de su coche y estrelló al español contra la pared, lo que le obligó a cambiar el alerón delantero y los neumáticos, y a reanudar desde las posiciones más tarde.
“A partir de ese momento tuvimos que cambiar de mentalidad y empezar de cero. Tuve un poco de suerte con los amarillos para poder remontar. Fue duro para todos», dijo Palou.
Poco a poco fue recuperando posiciones hasta colarse entre los cinco primeros, y en estas dos últimas vueltas consiguió adelantar al McLaren del estadounidense Alexander Rossi.
Un retorno impensable de no haber sido por el excelente trabajo del equipo en la puesta a punto del vehículo.
“Tuvimos uno de los mejores autos hoy. No terminamos cuartos excepto porque tenemos este auto”, dijo Palou.
El cuarto puesto de Palou al menos le ayuda a mantener el liderato del campeonato de IndyCar por delante de Marcus Ericsson y Pato O’Ward. Levantar el segundo título se convierte ahora en el principal objetivo de los españoles una vez escapadas las 500 millas un año más. La próxima carrera tendrá lugar en una semana en Detroit.
ACCIDENTE TRAS ACCIDENTE
Fue una carrera marcada, un año más, por los accidentes. Pero en esta edición se centró principalmente en las últimas vueltas, lo que provocó el retraso en el desenlace.
En la zona de boxes también se produjeron muchos contactos inusuales, con vehículos derrapando a la salida o entrada y llevándose por delante a los rivales.
El accidente más significativo se produjo a catorce vueltas del final, cuando Rosenqvist chocó contra el muro y perdió el control del coche, quedando en mitad de la pista. Kyle Kirkwood (Andretti Autosport), quien literalmente hizo volar su auto boca abajo en unas imágenes aterradoras, no pudo evitarlo.
El conductor tuvo que abrir la visera de su casco para poder respirar mientras de fondo se veían las chispas que saltaban por el contacto del coche con la pista. Por suerte, salió ileso tras jugar en el gran susto de la jornada.
Se retomaba entonces un pulso de catorce vueltas, nueve precisamente después de la bandera verde con O’Ward en cabeza, Ericsson segundo y Newgarden tercero. El estadounidense fue primero en una gran maniobra en la primera curva, el sueco segundo.
Hubo otro choque solo dos vueltas después de la bandera verde, con O’Ward chocando su McLaren tratando de pasar a Ericsson por dentro. El argentino Canapino (Juncos) no pudo evitarlo y chocó contra el McLaren, con ambos pilotos latinos fuera de carrera al mismo tiempo.
Un O’Ward muy frustrado se dirigió a los medios saliendo de su físico.
“Fue bueno estar ahí, me iba”, dijo el mexicano que regresa para quedarse un año más con miel en los labios.